Things to do in Yamaguchi Prefecture・in Spanish

Los 123 arcos torii sobre el verde de la colina y el azul del mar han convertido este santuario en la imagen por excelencia de Yamaguchi, además de haberle granjeado un puesto en el ranking de los 31 lugares más bonitos de Japón de la CNN. Aparte de su sinuosa silueta sobre el acantilado, una de sus peculiaridades es que cuenta con una caja de limosnas situada a unos 6 metros de altura. Se dice que quien consiga acertar y meter una moneda en la caja de limosnas verá sus deseos cumplidos. ¿Os atrevéis a probar suerte?

Este grácil puente que surca el intenso azul del mar de Japón no deja a nadie indiferente. Actualmente es reconocido como uno de los puentes más hermosos de Japón y uno de los paisajes más famosos de la prefectura. Se puede cruzar en coche y quienes lo atraviesan sienten que están sobrevolando las aguas color cobalto que separan Yamaguchi de Tsunoshima. Una vez en la isla se puede disfrutar de las vistas panorámicas que ofrece su faro y de sus bellas playas, que son un popular destino en el verano.

Al oeste de la prefectura se encuentra Akiyoshido, una de las mayores cuevas de piedra caliza de Japón, que alberga unas curiosas formaciones rocosas y una cascada subterránea que dejan maravillado a quien la visita. Sobre esta fascinante caverna descansa la meseta kárstica de Akiyoshidai, un accidente geográfico único en Japón que se originó hace 300 millones de años a partir de un arrecife de coral. Este singular paisaje es una de las mecas del ciclismo de la región, pero aquellos que prefieran el motor a los pedales pueden disfrutar de sus praderas desde las carreteras que lo surcan de principio a fin.

Hofu Tenmangu es el primer santuario Tenjin de los 12.000 que hay repartidos por todo Japón. Tras ascender un tramo de escaleras se nos revela su distinguida figura, enmarcada por tejados turquesa y columnas de color bermellón. A la derecha de este ascenso se encuentra la casa de té Hoshoan, donde se puede degustar matcha y dulces japoneses desde la tranquilidad del tatami.

Las paredes blancas del casco histórico albergan numerosas tiendas de cerámica de Hagi, un arte que se ha conservado de generación en generación a lo largo de 400 años. Su apariencia austera con texturas orgánicas la hacen muy apreciada entre los maestros de la ceremonia del té, ya que transmite la sencillez y el recogimiento característicos de esta disciplina. Los visitantes que lleguen a Hagi pueden llevarse un recuerdo único de los muchos talleres que ofrecen cursos de elaboración cerámica Hagi yaki. Asimismo, los amantes del arte no deben perderse el museo Hagi Uragami, que acoge una vasta colección de xilografías ukiyo-e de artistas de la talla de Hokusai o Hiroshige.

La belleza de los 5 arcos del puente Kintaikyo, construido originalmente en 1673, lo hizo merecedor de ser inmortalizado por el mismísimo Hokusai. Tras cruzar el puente te encontrarás ante la difícil decisión de elegir entre 170 tipos de helado: desde sabores tan insólitos como pescado, hasta clásicos tan comunes como vainilla. ¿Te atreves a probarlos?

Los fines de semana y festivos la lonja de Karato se llena de visitantes ávidos por probar un sushi de primera calidad. Después de elegir la combinación perfecta en los puestos del mercado, puedes degustar tu selección mientras admiras el mar y el puente del estrecho de Kanmon, que separa Yamaguchi de Fukuoka. Pero aquellos que quieran cruzar de Honshu a Kyushu tienen otra opción que no se aprecia a primera vista: bajo las aguas del estrecho se extiende un túnel peatonal desde el que se puede llegar caminando a la otra isla.

El templo Rurikoji es famoso por su esbelta pagoda de 5 pisos construida en 1442, considerada una de las tres más bellas de todo el país. Cualquier escenario le queda bien a este Tesoro Nacional: las flores de cerezo, las hojas del otoño, la nieve en invierno o el exuberante verdor del verano. Cerca del templo se encuentra Saikotei, un antiguo restaurante de lujo del período Meiji (finales s.XIX – principios s.XX) que fue muy apreciado por escritores, artistas y políticos originarios de Yamaguchi, de entre los cuales se conservan obras de caligrafía de 8 primeros ministros. Asimismo, este centro cuenta hoy en día con un amplio catálogo de kimonos de alquiler para pasearse por la zona y tomarse unas fotos.

Yamaguchi cuenta con numerosas zonas de aguas termales con propiedades curativas que dejan la piel suave y tersa. Muchos de los onsen de la prefectura se encuentran en destinos de montaña donde se puede disfrutar tranquilamente de la naturaleza mientras nos damos un baño caliente. Ponle el colofón a tu experiencia japonesa en un ryokan y sus aguas termales en Yamaguchi.

Gracias a los manantiales y ríos de agua pura que corren por la prefectura, en verano (concretamente entre mayo y junio) las noches de Yamaguchi se transforman a la luz de las luciérnagas. El agua limpia —con la que además se elabora un excelente sake— es otro de los regalos de la naturaleza que convierten esta región en un escenario de ensueño.

Los 5 mejores gastronómicos que no perderse en Yamaguchi.

Siéntete como un bandolero de montaña en este peculiar restaurante. Pásate por Sanzoku y saborea una generosa ración de pollo asado en brocheta de bambú, bolas de arroz gigantes y otros platos deliciosos para sacar tu lado más salvaje. La localización del restaurante además hará las delicias de los más pequeños y aquellos que disfruten de estar en contacto con la naturaleza.

Pocos son los que no conocen los fideos soba, pero en Yamaguchi se comen de una manéra insóltica: sobre una teja； una idea culinaria con 150 años de historia. Los fideos de té verde se cocinan sobre la teja (kawara) acompañados de carne de ternera, cebollino, tiras de tortilla japonesa y ralladura de rábano para luego mojarlos en una salsa que le da el toque final. El sabor de los fideos crujientes combinados con su delicioso acompañamiento harán que este se convierta en tu plato de soba favorito.

Si le preguntas a cualquier japonés qué piensa de la gastronomía de Yamaguchi, automáticamente te hablará del fugu o pez globo. Este pescado es conocido por contener veneno y solo poder consumirse si lo prepara un chef con años de experiencia. Yamaguchi es el lugar ideal para disfrutar de este manjar servido en una elegante presentación y envolverse en su delicado sabor.

El pollo Choshu Kurokashiwa es una variedad local de Yamaguchi que se originó a partir de la raza Kuro-Kashiwa. Su textura suave y carne jugosa son una experiencia indispensable para los foodies que visiten nuestra prefectura.

El uiro es un confite tradicional cocido al vapor a partir de azúcar y arroz que a menudo se elabora con sabor a judía dulce azuki o a té verde matcha. El uiro de Yamaguchi se diferencia del de otras regiones por su uso de la harina de warabi (almidón extraído de una variedad de helecho), que le da una textura parecida al mochi muy característica. Su sabor suave y delicado lo hace muy apreciado como acompañamiento para el té y es perfecto para llevarse un regalo diferente a casa.